El último consejo que te podría dar no es otro que el de sonreír una vez más. Si solo te pudiese dar uno, ése sería, que sonrieses siempre, más allá de las circunstancias de tu vida, que aceptases todos los designios de la vida con alegría en tu cara, por el hecho de saber que esa vida te quiere y que nunca haría nada para hacerte daño, que si encuentras barreras es porque tienes, dentro de ti, la capacidad necesaria para superarlas. Así que sonríe y no dejes de hacerlo nunca.
También te diría que aquí no tenemos límites, que el cielo es nuestro límite y que estoy seguro de que si algún día llegásemos a tocar ese cielo con los dedos, tendríamos la oportunidad de conseguir otros mayores, porque tú y yo hemos nacido para ser las personas más grandes de todo el universo, para conseguir los mayores logros que queramos, aquellos que nos harán felices, las personas más felices de este planeta.
Por esa razón no podemos desperdiciar ni uno de nuestros días, debemos levantarnos con ilusiones renovadas cada mañana y vencer todas las batallas que la vida nos plantee. Somos los mejores y ahora nos toca demostrarlo.
¡NOS VEMOS EN EL VIAJE!